Los llamados residuos emergentes son ricos en metales críticos y ayudan a la transición energética. Sin embargo, la gestión de su fin de vida es aún deficiente.

Equipos de transporte eléctrico como patinetes y hoverboards, o nuevos electrodomésticos como las aspiradoras inalámbricas y los robots de limpieza, son una clara muestra de los avances tecnológicos que se han logrado en las últimas décadas y de que nuevas generaciones de productos electrónicos están introduciéndose ampliamente en el mercado. Como consecuencia, la generación de residuos de nuevos dispositivos también ha aumentado significativamente: Indumetal Recycling, como gestor de residuos eléctricos y electrónicos, recibió durante 2021 casi 40 toneladas de este tipo de nuevos residuos, lo que supone un drástico aumento frente a años anteriores.

Las baterías de litio, presentes actualmente en la mayor parte de estos nuevos dispositivos, son un reto fundamental para el sector del reciclaje. Su extracción es obligatoria de acuerdo a la legislación vigente, y su tratamiento requiere nuevas tecnologías que permitan reducir los riesgos durante la manipulación, transporte y almacenamiento de las mismas, y, además, recuperar las materias primas esenciales para su fabricación. Por otra parte, los motores eléctricos, también esenciales en los nuevos dispositivos de movilidad eléctrica individual, constituyen un desafío adicional para el sector. Su recuperación está asociada no tanto a su toxicidad o peligrosidad, sino al valor de sus componentes, ya que contienen tierras raras (neodimio, disprosio), que han sido identificadas por la Comisión Europea como materias primas críticas, es decir, económica y estratégicamente importantes para la economía europea y con un alto riesgo asociado a su suministro.

El proyecto CIDER, en el que además de Indumetal Recycling y Recypilas, colaboran el Basque Environmental Cluster Aclima y el Centro Tecnológico CEIT BRTA, se centra en un desensamblaje eficaz de estos aparatos cuando llegan a las instalaciones de reciclaje en su final de vida. Es un proceso complejo que debe tener en cuenta las dificultades añadidas por el exceso de modelos introducidos en el mercado, el estado en que pueden recibirse los equipos (roturas, goles, suciedad), sus pesos y geometrías de manipulación compleja, y la necesidad de extracción de las baterías y motores que contienen. A partir de la experiencia acumulada en la investigación sobre desensamblaje automatizado, en el proyecto CIDER se estudiará la implementación de un prototipo de celda automática en el cual, mediante cámaras de visión artificial, se detectarán objetos predefinidos y elementos a desmantelar. Una vez detectada su posición, un algoritmo programado en un brazo robótico y un control avanzado de fuerza/par para un robot industrial tradicional, permitirá desmantelar las piezas deseadas.

CIDER es un proyecto apoyado por el Programa de Apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.