El concepto de Industria 4.0 se refiere a la llamada cuarta revolución industrial, que supone la transformación digital de la industria mediante la integración y digitalización de todos los procesos industriales que componen la cadena de valor. La adecuada integración de las tecnologías que ofrece la industria 4.0 permite obtener importantes beneficios, como una mayor productividad y una mejor gestión de los recursos, una toma de decisiones más eficiente basada en información real, procesos de producción óptimos e integrados, mayor flexibilidad para lograr una producción masiva y personalizada en tiempo real, la reducción de los tiempos operativos y del porcentaje de defectivo en planta. Por lo tanto, una Industria 4.0 se caracteriza por su adaptabilidad, flexibilidad y eficiencia.

La todavía imperante «economía lineal» es el modelo tradicional en el que los productos se fabrican, utilizan y eliminan al final de su ciclo de vida; se trata de un modelo que empieza a ser inaceptable para las empresas, la sociedad o el medio ambiente, ya que las materias primas de la Tierra no son ilimitadas. Hoy en día es necesario encontrar un nuevo camino de desarrollo económico que incluya un tratamiento adecuado de los productos cuando van a convertirse en desechos. Es necesaria una transición hacia un nuevo modelo de negocio circular que recicle y reutilice esos desechos con el objetivo de transformarlos en productos de mayor valor añadido para satisfacer las demandas actuales de la sociedad.

La integración de las tecnologías  de la industria 4.0 con las prácticas de la economía circular tiene la capacidad de reducir significativamente el consumo de recursos naturales. Se trata de soluciones nuevas e innovadoras (por ejemplo, el uso de la robótica para el desensamblaje) que facilitarán la extracción de un número aún mayor de materias primas, especialmente las materias primas críticas, de los componentes de los desechos para devolverlos al ciclo. Así pues, convertirse en circular en los entornos industriales supone un ahorro considerable de tiempo, materias primas y, por consiguiente, de dinero, para el entorno industrial que adopte estas soluciones. También abre todo tipo de oportunidades para la innovación. Para avanzar en este camino, la planta de reciclaje del futuro debería integrar todo tipo de soluciones 4.0, teniendo como resultado una planta inteligente, capaz de adaptarse fácilmente a los cambios en la composición y cantidad de los materiales a tratar y garantizando al mismo tiempo la seguridad de los trabajadores, evitando en la medida de lo posible el contacto humano con los residuos. El proyecto HR-Recycler, apoyado por el programa H2020 de la Comisión Europea, y en el que participa Indumetal Recycling, utiliza este enfoque y creará un entorno de colaboración híbrido, donde los humanos y los robots trabajarán realizando de manera compartida y armoniosa diferentes tareas de procesamiento y manipulación.

Esto no sólo es una mejora para la competitividad de la empresa, sino que también es un paso adelante para mejorar la tasa de recogida de RAEE en la Unión Europea. Por ejemplo, en 2017, la tasa de recogida de RAEE fue del 46% en la UE y su tasa de reciclaje fue del 38,8%. Estas tasas ya no son aceptables para la transición de la industria de la UE a un modelo de economía circular.

En Indumetal creemos que las estrategias de economía circular son clave para implementar exitosamente la Industria 4.0, al mismo tiempo que la industria 4.0 provee la tecnología capaces de activar esas estrategias.

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